En el valle bajo del río Lurín,
al sur de Lima, se encuentran evidencias de la tradición arquitectónica de
edificaciones en forma de “U” que empezó a desarrollarse hace menos de 4,000
años en estos lugares de la costa central. Mina Perdida, Cardal, Parka y
Manchay Bajo son importantes testimonios de estas lejanas épocas que han sido
objeto de importantes investigaciones en los últimos años. Por su parte, hacia
el sector medio de este valle, también existen evidencias de esfuerzos
constructivos importantes pertenecientes a esta época, tales como Anchucaya,
Piedra Liza, Huaycán y Chamaná.
Diversos investigadores han
caracterizado estas edificaciones y sus zonas de influencia aledañas, localizadas
a lo largo del valle medio y bajo de Lurín, como independientes pero
culturalmente relacionadas a través de una evolución histórica que se habría
consolidado durante los milenios siguientes en los actuales territorios limeños
de la Provincia de Huarochirí. Sin embargo, recientes estudios e
investigaciones que buscan encontrar evidencias relacionadas con estas probables
disputas y alianzas ancestrales sierra-costa, en una zona estratégica de esta
provincia correspondiente a los actuales predios de Sisicaya, parecen aportar
datos que llevarían necesariamente a revisar las tradicionales hipótesis y
cronologías que se estaban manejando en las décadas anteriores, tal como
lo revisamos en el presente artículo.
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