Las recientes investigaciones nos
dicen que cuando en los implacables desiertos de Egipto se construían las primeras
pirámides en los inicios de la civilización en el planeta, a miles de
kilómetros de allí, en América del Sur, los pobladores de los valles del
Chillón, Rímac y Lurín –que conforman la moderna ciudad de Lima-, también
iniciaban el titánico trabajo de transformar otro de los desiertos más áridos
del planeta en un lugar gratamente habitable.
Así, quien recorre hoy las calles
de Lima puede observar en diferentes puntos de la ciudad más de 300
construcciones milenarias denominadas popularmente “huacas” las que, conjuntamente
con los vestigios de canales, caminos y construcciones de piedra y barro que
aún pueden ser vistos a la vuelta de la calle menos pensada, guardan una
historia aparentemente olvidada de 5,000 años de ocupaciones continuadas. Sin
embargo, la historia y trascendencia de sus milenarios canales, varios de los
cuales aún siguen en funcionamiento, guardan un significado emblemático sobre
la propia existencia de esta ciudad, tal como se analiza en el siguiente artículo.
Javier Lizarzaburu, frente al canal madre del río Surco, y su interesante propuesta de convertir los milenarios canales limeños en Patrimonio Cultural de la Nación. Foto: Revista Caretas |
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